Un empresario. .. de Verano – relato de Venus

Por Venus

Venus se encontraba cursando sus estudios superiores, pero en el descanso entre periodos académicos buscaba algo en que entretenerse y de pronto, ganar algo de dinero , además por primera vez en mucho años estaba sin pareja y quería recuperar su independencia, no tener que explicarle a un novio donde estaba y que estaba haciendo. Así, que alguien logra ubicarla por un mes en una comercializadora de medicamentos veterinarios, sus funciones son básicas: atención al cliente, llevar la agenda del asesor y del gerente y organizar mercancía.

Venus aprende a recibir pedidos y a despacharlos, un día cualquiera recibe una llamada del asesor solicitándole consolidar un pedido y llevarlo personalmente a la zona industrial ya que el cliente requiere urgentemente el producto, debe llamar un taxi y asegurarse de llegar allí y entregarlo a tiempo.

La zona industrial no es uno de los sitios favoritos de Venus, sin embargo, es su tarea, así que alista los productos y la factura y llega al lugar, un edificio de dos plantas dentro de una ciudadela industrial dedicado el procesamiento de alimentos cárnicos (nada muy exuberante)… se anuncia y al hacerlo nota una mirada extraña en la recepcionista quien la analiza cuidadosamente y en seguida le dice: «…El doctor la atenderá personalmente, esto era muy urgente, por favor tome asiento», Venus entonces espera a que el gerente la atienda, la espera es de una hora, entre tanto piensa -Que extraño, esperaba que solo fuera dejar los medicamentos en portería- finalmente él se presenta…. es uno se esos hombres cuya edad oscila entre 30 y 38 años, con voz fuerte, contextura gruesa,  pero muy cortés,  cabello oscuro abundante y cejas pobladas que enmarcan una mirada penetrante. La hace seguir a su oficina… nada ostentosa por cierto y de acuerdo con la naturaleza propia del negocio, allí, se presenta con su nombre ‘Robigus*’ él  casi olvida que el objetivo es recibir los medicamentos y empieza a preguntar sin más «hace cuanto trabajas alli? .. ahhh solo por vacaciones… y entonces, que estas estudiando?» , Venus le sonríe picara y responde a todas sus preguntas y luego le dice «si señor, aquí esta el pedido .. sin embargo, por estos días estaré allá para lo que necesite»… estamos hablado de una época en la que no existían los teléfonos celulares así que ligar era bastante complicado y además los hombres si que debían ser imaginativos para lograr empatia e inventar excusas.

Alli termina la charla se despiden instintivamente con el beso en la mejilla y un hasta pronto.  Ella se sube al taxi todavía con la imagen de los ojos de Robigus clavada en su mente -Gerente propietario.. interesante …muy interesante- piensa y se sonríe.

Esa semana el famoso cliente- Robigus – llama a la oficina preguntando por el jefe que casi nunca esta, así que Venus le informa esto, pero él continua con la conversación recordandole que ya se conocían y preguntándole como le ha parecido su trabajo vacacional  y que piensa hacer esa semana que ya se acercan las festividades de fin de año, ella como en ese momento no tiene compromisos ni pareja, simplemente responde «Nada,  estaré en mi casa aún vivo con mis padres» a lo que el replica «Una niña tan linda no sale a tomarse un trago en navidad ? eso no puede ser!, te invito a tomar algo el jueves, te parece?». Eso es exactamente lo que ella estaba esperando, una descarada invitación, que sin titubeos la convidaran a salir; sus compañeros de estudio ya no le llamaban mucho la atención, siempre han sido más interesantes los hombres mayores que no tienen pelos en la lengua para galantear, así que osadamente le da el teléfono de su casa advirtiéndole que simplemente preguntara por ella, ya sabría que decirle a sus padres.

El jueves él llama a la hora en que sabía, ella ya habría regresado del trabajo, ella misma contesta y le da la dirección de su casa para que la recoja. Al cabo de media hora, suena el citófono para anunciarle que la esperan en portería, Venus se despide de sus padres asegurándoles que volvería sana y salva, su madre trata de indagar más acerca de con quien saldrá y Venus en un gesto de independencia simplemente replica «Estaré bien, nos vemos luego!» y sale vestida con sus jeans y un saco de lana, con una blusa más corta debajo y como siempre con su mejor sonrisa, maquillaje sobrio pero enfatizado en las miradas que habría de propinarle a Robigus para dejarlo sin aliento, es decir: armada con su artillería de conquista y de inocencia también. Él la invita a seguir a su camioneta, ella lo ve más apuesto que antes, hoy no es el empresario ocupado que la hace esperar una hora sin razón aparente, hoy es el galán que ella esperaba, en su ropa de calle luce genial tiene una espalda ancha y atlética y una expresión picara que lo diosifica, su voz grave le encanta…

Él le dice que primero debe acompañarlo a hacer una ronda de trabajo pero que luego tendrán tiempo para charlar y tomar algo a lo que Venus no tiene ningún reparo, le encanta trasnochar y con alguien así… se siente segura pero aventurando al tiempo, el hace su ronda mientras se enteran de la vida de cada uno en el camino, ella aprende entonces que a él gustan los deportes extremos y que como todo empresario de familia acomodada tiene sus juguetes para el efecto, motos de enduro en este caso, también es un hombre que sufre de insomnio algo que para ella es extraño e incomprensible ya que las Diosas suelen dormir más de lo normal, es más, necesitan dormir para ser normales… pero esta fascinación de Venus por lo insomnes se convertirá en una especie de ritual para ella con los años.

Luego la invita a tomar una copa y en una jugada maestra llegan a su apartamento de soltero sin aviso, solo con la excusa de «Aquí escucharemos la música que más nos guste», para Venus ese argumento es suficiente – detesta la música comercial- y el parece tener buen gusto por lo que alcanzó a percibir en el carro, entran entonces a su morada, ella empieza a sentir los nervios, Venus suele somatizar sus emociones, así que, este tipo de ansiedad se manifiesta con un cosquilleo en la cabeza y un reflejo como de necesitar contraer el abdomen.

Escogen música de la época… salsa romántica, que era el equivalente del Reggeton de hoy (un poco más glamuroso por cierto), allí charlan otro rato sobre la exigencia que implica para él tener en sus hombros la empresa familiar, lidiar con trabajadores en un sector en donde el tiempo juega siempre en su contra, empieza entonces a contar anécdotas de su labor como gerente y ella a reírse de sus ocurrencias. Ya van para el segundo brindis con ron (los dioses siempre recurren a Baco para seducir) y él le sirve ese trago y se sienta justo al lado de ella, le dice que ese saco está ya muy abrigado, así que ella accede y se lo quita sin ningún problema.

Él toma su rostro con dos manos y le propina un beso como queriendo decir que él es quien manda, ella responde prolongando ese beso y mordiéndole los labios suavemente y recorriéndolos con la punta de su lengua, así que él se aparta respirando profundo para que el efecto de los besos de Venus no le hagan perder el control, a ella le gusta ser seducida, pero también quiere probar sus propias armas y saber hasta dónde puede llegar.

El vuelve a besarla luego de tomar un sorbo de ron y le dice al oído que es muy linda, que la había pensado esa semana desde que la conoció y luego le confiesa que él no debía recibir los medicamentos personalmente ese día, simplemente la recepcionista en un acto de complicidad hacia su jefe había querido cambiarle la rutina haciendo que él viera por si mismo a la emisaria a quien encontraba bella y juvenil. Venus se ríe de esa historia y le dice «Así entonces doctor Robigus que aquí nada es coincidencia, todo está tramado» y él le responde rodeándole la cintura y diciéndole «Con lo que no contaba era que besaras así!» luego se para frente a ella y se arrodilla sobre Venus dejándola prisionera entre sus piernas, se besan largamente y empiezan a agitarse, luego él la alza y en un momento ya no están sentados en el sofá sino recostados….. allí estaba Venus doblegando a un hombre mucho mayor que ella, siendo ‘victima’ voluntaria de su propia sensualidad, él perdía lentamente su cordura a medida que ella lo besaba tan apasionadamente como sabia en ese momento y haciéndolo desasearse en ganas …el dilema era ahora: ¿Se debía sobrepasar ese portal?, era evidente que esa relación no pasaría de allí; eran de mundos diferentes  y sobretodo a ella le faltaba muchísima experiencia, a lo cual con alarma y sin pensar o más bien pensando demasiado exclama mientras él hace su primer intento fallido por desabrochar el botón del jean  «Nunca he hecho esto, va contra mis principios!» … mmm si, un poco mojigata pero sincera en ese momento de su vida en verdad.

Así que Robigus salta de encima de ella, se pone de pie,  la toma de un brazo y la lleva hacia él y cogiéndole la quijada pronunciaría el conjuro con el cual Venus abandonaría su excesiva conciencia y moralidad «Eres una muñeca grande, ya sabes lo que quieres» y sin más ella lo abraza para sentir sus fuertes brazos y espalda de deportista y se toma el tiempo de memorizar su perfume porque sabe que algún día contaría esta historia, el arranca su blusa y se deleita acariciando sus senos y ella también se regocija dándose cuenta de que no pasa nada, que siempre será placentero sentirse deseado, que ya no le interesa ser una calienta huevos o hacerlo siempre ‘Con Amor’, ahora es libre de escoger con quien se involucra y con quien va a la cama. En el fondo lo que busca es recopilar experiencia, porque algún día si se enamorara pero no solo del mejor hombre, también de su mejor amante.

Allí en el sofá finalmente Venus descarga sus ganas, se despojan del resto de la ropa en un instante y él sigue besándola y en un momento dado ella le suplica que la penetre como si fuese un rito de iniciación, ambos lo disfrutan muchísimo, especialmente ella para quien todo en la situación es nuevo, lo abraza y se deja llevar porque él tiene la experiencia y el poder erótico.  

Esta es la historia de cómo hay varias primera veces, esta fue la primera vez solo por placer. Robigus está en algún lugar de esta ciudad … tal vez ya no sea tan insomne, tal vez ya se le noten los años y tenga una familia, tal vez en algún momento recuerde que una jovencita Venus decidió un día, por ella misma, no por él, dejarse seducir y ponerse tan locos los dos hasta quedar sin aliento y tener orgasmos muy conscientes y desprovistos de cariño,  pero cargados de deseo. Ella por otra parte recuerda su mirada y su poder de convencimiento y guarda en algún lugar la imagen de ese instante que constituye un eslabón en una larga cadena que la ha llevado a ser quien es y a construir su propio imperio de sensaciones. 

Venus

Codigo Cronológico: JU17

*Robigus: Dios de los destrozos que protegía las cosechas de las enfermedades. Hermano de Robigo

julio 21st, 2015 by

Para visitar a Venus & Afrodita debes tener más de 20 años!

Por favor verifica tu edad

A %d blogueros les gusta esto: