Saturno pasa a tomar ambas muñecas de Venus por encima de su cabeza con una sola mano, haciéndolas fuertemente y con la que tiene libre empieza a acariciar los labios de Venus con su pulgar como dibujando ochos horizontales en ellos (el símbolo de la eternidad), finalmente y mirando sus labios fijamente introduce ese pulgar en la boca de Venus, ella lo saborea ansiosa, con sus ojos clavados en la mirada expectante de Saturno; no lo puede creer, no solo lo desea todavía sino que además le genera una vibración exuberante de querer recuperar parte de su pasado y de sus sentimientos de antaño, la aprieta con espasmos fuertes y rítmicos de sus caderas contra la pared y ella exhala un gemido ahogado, le suelta los brazos y entonces ella recorre con sus manos el pecho de Saturno de arriba abajo empezando por sus hombros enormes y terminando en su cintura y entonces hala su camiseta con fuerza para permitirse sentir el calor de su piel y tocar su abdomen, él hace lo propio y saca sus dedos de la boca de ella y empieza a desapuntar apuradamente los botones de esa camisa leñadora con una mano mientras con la otra aprieta su cabeza enredando en sus dedos el rizado cabello de Venus, los ojos de ambos empiezan a brillar y entonces la piel de los dos se junta cuando ella logra sacarle la camiseta, èl rodea su cintura y la trae hacia sí de un golpe «Seré lo que tu quieras, hasta saciarnos!» luego de escuchar esa declaración de labios de Saturno oye el sonido de la cremallera de sus propios jeans al ser bajada por sus audaces y varoniles manos.
– No te apures- dice Venus
– No me pidas eso amor o ¿piensas hacerme esperar otros 10 años para perderme en ti?- le dice Saturno mientras la mira a los ojos y agarra sus nalgas frenéticamente
– Cierto, el tiempo suele jugar en mi contra- dice Venus agitada y pausando cada palabra, haciendo un esfuerzo enorme porque se entienda que ha esperado esto largamente.
Aqui esta de nuevo la danza de besos que ella jamás olvida, como cuando por fin logró tener una tarde con Saturno cinco años después de haberlo conocido, en su transición de crisálida a diosa.
El poseía la llave mágica del cerrojo del erotismo de Venus y la tenía guardada esperando, para abrir de nuevo la puerta como lo hizo por primera vez años atrás. Ahí estaba el incontrolable movimiento de los senos de Venus erguidos mientras respiraba fuertemente y recordaba cuanto podía entregar sin esperar nada a cambio, sólo por satisfacción y deseo.
Quería saciarse en ese instante para siempre y regocijarse en cada sensación en cada espasmo acompañado de un torrente de humedad que la empezaba a invadir y la ahogaba en placer sin permitirle hablar, mientras él la llevaba y la conducía al pasado diciéndole al oído cuántas ansias le producía.
Al abrir la compuerta y descubrir el éxtasis que los embriagaba, ella sentía sus varoniles manos en cada rincón suyo, mientras sus bragas húmedas eran arrastradas por sus jeans que ya caían al suelo y entonces decide volver a besarlo con la mente en blanco y hacer lo propio bajando la cremallera de la bragueta de Saturno, jala el cinturón con fuerza como un látigo y arranca luego el botón con la violencia y el apuro que los caracterizaba… entonces buscan la cama en medio de un beso ansioso porque es inevitable para ese momento fundirse.
Saturno la tumba en la cama y luego de terminar de quitarse prestamente sus propios jeans, se acomoda encima de ella para decirle “ningún beso será como el primero que te di, lo se, pero este también será memorable” y apoyando sus manos en el colchón la besó haciendo un recorrido desde su boca hasta su sexo pasando por el mentón, el valle entre sus senos y su ombligo con besos cada vez más agudos y estremecedores hasta llegar hasta el punto vital (álgido) de la diosa quien solo dice:
– Pues he vivido varios así, en mis fantasías
– Ninguna fantasía superará esto! – afirma èl, mientras con sus dedos la penetra mirando fijamente en la acción que empieza a suceder allí en su vulva y detallando cada espasmo acompañado de humedad delirante y sigue besando su clítoris mientras retadoramente clava sus ojos en la expresión de éxtasis en el rostro de Venus.
– Ahh, mas fuerte! Mmmm– exclama ella retorciéndose de placer y reprimiendo un grito
– Dime lo que quieres y cuánto lo quieres
– Maaas Saturno!
– Venus, sabes que el tiempo no importa, sabes que hay historias para ser vividas repetidamente y no me importa cuántos hombres conoces desde que pueda siempre verte transportada como estas ahora con tu humedad en mis manos, te tengo en mis manos!
– Y yo, te tengo en mis ganas! – Hay un brillo propio de la lujuria en los ojos de Venus que tiene nuevamente un tinte malvado
Saturno besa nuevamente la abertura de Venus pasando su lengua como quien saborea un helado y en un instante, para ella infinito, se apresta para penetrarla y lo hace diciendo:
– Aqui esta el tiempo para recordarte de que estas hecha y para reclamar esas fantasías que le pertenecen.
– Apropialas y llenalas entonces- Responde Venus amiga de las sensaciones intensas apretando con los dientes la falange de su dedo medio derecho.
Ella estruja su espalda y entonces él la embiste con toda la fuerza que tiene el tiempo, con la fuerza de poseer la llave primigenia de su volubilidad y de tener la clave secreta en su forma de hablar, estaba dentro de ella, ocupando el lugar que simbólicamente le pertenecía en sus memorias atesoradas… tal vez entonces, al verla así suspendida en el instante, Saturno sabe que es ahora su momento de acompañarla y acelera el ritmo frenéticamente, ella lo ayuda fundiéndose con él y moviendo sus caderas rítmicamente y se chocan en el éxtasis y la exuberancia de sus deseos más bien guardados y desentrañados.
Pasaron por su mente los pasajes de esas elaboraciones mentales románticas humanas; las cenas que jamás tuvieron, la cotidianidad fantaseada, los fracasos y éxitos juntos inventados, los aciertos y desaciertos. Todo en unos segundos como dicen que sucede justo antes de morir y sentía taquicardia porqué solo hay una vida, solo una y a veces sentía que solo había una oportunidad de amar por primera vez y de tatuarse la mente con deseos y semblanzas agónicas hechas de humo y sudor en momentos de autocomplacencia. Por que a la larga un orgasmo es como una pequeña agonía, una pequeño fallecimiento y nacimiento a la vez mientras experimentaba cada embestida con más y más calor sofocante. Allí se presentan los espasmos del clímax como es habitual en ella y en ese momento en que hierve lo abraza y hace que él de la vuelta para cabalgar encima suyo, sin pestañear, porque quiere grabarse cada gesto del orgasmo de este dios que reta el tiempo una y otra vez, observa también el lobo tatuado en su hombro y en un instante absurdo y demente incluso tiene la visión de verlo aullar a la luna que para entonces ya empieza a vislumbrarse por la ventana de la habitación. Hasta que llega el momento culmen de verlo transfigurado de placer apretando los dientes y diciendo “Nada te supera Venus; ni de niña, ni de diosa”
Otra vida…
Sin embargo Saturno pertenece a otro mundo, uno que Venus no entiende y que a veces se torna lleno de misterios, ella no sabe a que se juega con él y todo se convierte en una montaña rusa, no hay tiempo real con Saturno, porque él mismo es el tiempo: el pasado (conocerlo, lo que aprendió) , el presente (conocerse ella misma) y el futuro (amar cada vez màs la vida y con ella el erotismo) pero el deseo se conserva intacto a pesar de los años, el olvido no es una posibilidad así lo abrigue porque es imposible alimentarlo cuando el recuerdo lo sobrepasa y dos escorpiones auténticos no se pueden olvidar. Después de todo al viernes le sigue siempre el sábado.
De alguna forma, existen dioses con los que se experimenta una fuerza de gravedad incontrolable y eso fue lo que sucedió con Saturno desde que se miraron por primera vez y estaban destinados tal vez, por un juego extravagante del destino a desearse y a saciarse cada tantos años, no importa, acababan de burlar ese destino nuevamente, seguirán así, gravitando el uno al otro; por eso, Venus tendida a su lado luego de concebir ese orgasmo explosivo dijo “Vamos a vivir esto sin tiempo y sin eternidad, siempre!”
Importante que escuchen esta cancion (banda sonora) y encuentren los sentimientos de este encuentro en cada acorde….Como un vicio…SIEMPRE habrá: amor?
Venus, no siente melancolía por Saturno como antes, lo ve como lo que es, un símbolo perpetuo de lo que ella es en lo más recóndito de su alma. Pero siempre se permitirá amarlo, porque existen tipos de amor y para él tiene separado un capítulo especial en su corazón y en su piel.
Todas las diosas tenenos en nuestra vida un Saturno apasionado que nos hace sentir muy mujeres y nos recuerda la genesis de nuestras fantasias pase al tiempo… Ahora los invito a visitar la lista de reproducción de Saturno en nuestro canal de Youtube
y los reto a comentar en cualquier medio porque incluí la última canción de la lista?, una de mis favoritas, si aciertan y son creativos hay un regalito esperando !
Código Cronologico: JD06II
VENUS
SaturnoDios del Tiempo (asociado a Crono) (en latínSaturnus) era un importante dios de la agricultura y la cosecha. Fue identificado en la antigüedad con el titán griego Crono, entremezclándose con frecuencia los mitos de ambos.Aunque Saturno cambió enormemente con el tiempo debido a la influencia de la mitología griega, era también una de las pocas deidades claramente romanas que retuvieron elementos de su función original.
No se porque, pero hoy me dio por extrañarte, por echar de menos tu presencia: Será tal vez porque el primer amor le deja a uno más huellas que nungun otro. Mario Benedetti
En la temporada en que Lucifer empezó a desaparecer, como buen sagitario, a Venus le entró una melancolía por todo su recorrido de vida, no una melancolía propiamente triste solo curiosa, por eso, se dio a la tarea de buscar a Saturno; necesitaba saber que había sido de su vida y si todavía era tan deseable, enigmático y poderoso, habían pasado más de 10 años desde la última vez que lo vio y su curiosidad era infinita y al ser tan caprichosa …debía saciarla!.
Reviviendo el deseo …
Finalmente y ya entrada en la era digital armada con su nueva laptop, Venus consulta el Oráculo contemporáneo de las vidas pasadas: «Facebook» que muestra una foto de Saturno que ella reconoció enseguida: Ahí estaba! eureka!. le escribe este mensaje sin más preámbulos: «hola soy yo, Venus, cuánto tiempo Saturno! si quieres saber de mi márcame a este número ….», sabía que no debía hacer más. Recibe la llamada prontamente y hablan un rato, ese viernes (día de Venus) y comparten algo de música.
Al día siguiente él la llama para pedirle que le dicte la dirección de su casa; va para allá!, la quiere ver ya -esa característica de aparecer de inmediato era lo que más le gustaba a Venus de él-.
Era sábado (el día dedicado a Saturno), él llega en su camioneta Jeep propia de los ingenieros; la llama y le anuncia que acaba de estacionar, ella observa con picardía por la ventana, pero se retira justo cuando se abre la puerta y él se va a bajar del vehículo, claro, no lo quiere ver desde la ventana. Entonces se voltea y como ya esta lista; con sus jeans, su camisa a medio apuntar, cabello ondulado desordenado y un maquillaje tenue con labios rosa, se toma su tiempo, se dirige a la puerta del apartamento, bajando lentamente la escalera y recordando las pocas veces que lo ha visto en la vida real, pero lo tanto que lo ha recreado en su memoria por años. Gira la chapa, respira y abre el portón principal, se miran fijamente, todo se detiene por un instante y como si estuvieran hechos de algo magnético se abrazan muy fuerte, él rodea su cintura y rompe el silencio diciendo al oído de Venus: «Hola mi preciosa niña» y completa luego «Claro que ahora… mmm ¡es una hermosa mujer!», ese tipo de afirmaciones la hacen sentir infinitamente poderosa, ella lo olfatea tiene un humor que señala experiencia, el tabaco es la nota más alta en ese bouquet, pero también hay una especie de sosiego un aroma a madera que no conocía en él. Conserva ese cabello castaño con cejas de igual color y usa una barba cuadrada corta, conservando esa imagen de chico malo.
Van a dar una vuelta a un centro comercial, a ponerse al día en sus vidas. Ella cuenta algo de su historia con Orfeo, él también comenta sobre su divorcio, es padre soltero, Venus no lo puede creer, de todas las posibilidades, que Saturno tuviera que hacerse cargo solo de sus hijos por abandono del hogar por parte de su ex esa nunca fue un escenario para ella, después de todo; ¿que clase de mujer osaba dejar a su primer amor?! y si, sintió un poco de envidia por ella y un poco de rencor solidario con él también, tal vez, porque no entendía los extraños recorridos del destino, él hizo lo propio frunciendo el ceño y levantando sus cejas cuando Venus contó su historia, aunque no debería sorprenderle demasiado en verdad que ella priorizará el amor y el arte sobre todo lo demás, especialmente sobre la prosperidad. No ahonda en las razones de la separación de Saturno y no pregunta demasiado, porque respeta esos duelos y tampoco está dispuesta a revolcar en lo suyo para revivir ese dolor. Saturno y Venus se comunican de otra forma se cruzan miradas, se conocen de una manera muy íntima que no requiere tantas palabras, se conectan emocionalmente, así que empiezan a sonreír y a hablar mejor de sus logros profesionales mientras degustan un capuchino: el elixir de los recuerdos!.
Regresan a casa de Venus y ella abre la puerta de sus nuevo mundo a Saturno, quien entra y observa el apartamento de soltera de ella, su espacio, que habla por si solo de lo que ama; los colores del otoño, el incienso, las rumba, la libertad y tantas otras cosas que destilan feminidad y pasión por vivir.
Reconocer las ganas hacia alguien con quien has tenido una historia tan intensa es un torrente de sensaciones, como un fuego que consumía su razón, no paraba de obsérvalo, no paraba de pensar en que alguna vez tuvo 15 años y se enamoró irracionalmente de él y ahora lo tenía en frente suyo, en su casa, ella misma no se reconocía en la niña que otrora lo adoro: Saturno, el tiempo y sus fantasías se fundían en ese instante.
Siempre…
Se besan espontáneamente cuando él la atrae frunciendo los botones de su camisa con una mano y recuerdan el aroma del otro, ella muerde los labios de Saturno copiosamente para saborearlo, lo hace tal como él le enseñó a hacerlo hace tantos años y reconoce entonces el nacimiento de todas sus fantasías, de sus técnicas de conquista y de sus juegos eróticos, porque se parecen demasiado, después de todo nacieron ambos bajo la constelación de scorpius y la atracción hizo lo propio luego de que ella misma desde adolescente hubiera sentenciado que debía conocer a alguien con la misma intensidad erótica que ella poseía: un genuino escorpión!, ella lo llamó a su vida.
De tal forma que siente que la memoria de apresar esos labios entre sus dientes le da un poder especial y así es, porque él le dice que la desea desde que era una adolescente soñadora y tierna y que podrán haber madurado, pero que había una parte instintiva suya que la acompañaba y que sabe que para ella sucede algo similar, que se masturba en las noches pensando en lo que pudo ser, ella no habla y sigue recorriendo con besos a Saturno… en las mejillas, en el mentón, en el cuello, como un gato acicalando a otro y solo pronuncia un «Siempre» susurrado, lujurioso y jadeante cuando alcanza su oreja derecha. Sin pensarlo, él se desata de los brazos de Venus que lo rodean y toma sus muñecas con fuerza, ella ya está transportada y en ese estado solo logra decir algunas palabras claves como un rompecabezas de señales y Saturno continúa «No me digas ‘siempre’, mírame a los ojos Venus, no quieras jugar conmigo» ella responde, efectivamente clavando sus ojos en los de él y preguntando «¿Quién juega?» y sonríe maliciosa levantando las cejas .
Él entonces separa sus brazos en cruz llevándola contra la pared, a ella le gusta que le jueguen a esa sutil dominación porque además eso le ayuda a concentrarse en el momento y sacar de su mente cualquier otro pensamiento … «me encanta saber que no me olvidas y que de alguna forma vuelves a mi» le dice Saturno en contundente susurro, Venus entreabre su boca como permitiendo que todas las exhalaciones del momento se apoderen de ella; es el ritual del deseo, de dos almas que se empeñan en encontrarse, reencontrarse y desencontrarse contra todo pronostico del destino, incluso contra sí mismos y se tantean afanosamente buscando el deseo del otro acumulado en el tiempo… (Continuación en este enlace)
SaturnoDios del Tiempo (asociado a Crono) (en latínSaturnus) era un importante dios de la agricultura y la cosecha. Fue identificado en la antigüedad con el titán griego Crono, entremezclándose con frecuencia los mitos de ambos.Aunque Saturno cambió enormemente con el tiempo debido a la influencia de la mitología griega, era también una de las pocas deidades claramente romanas que retuvieron elementos de su función original.