No te metas con mi Dios, NOOO te pongas mis panties !

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La idea de Dios es particular a cada ser humano, luego de ver la serie “La Historia de Dios” esto me quedó más que claro, en este blog se han tocado tangencialmente varios puntos sobre la religiosidad y siempre la  pregunta clave sobre el tema es: ¿Qué ser humano es tan prepotente como para creer que tiene la única idea válida de Dios?

Parece ser, que las mujeres nos hemos convertimos en una rama de negocio interesante para las iglesias. He visto muchos «encuentros de mujeres» en iglesias de varios cultos Judeo-cristianos y las preguntas empiezan a hervir en mi mente: ¿son liberadores estos encuentros? , ¿sirven para que ellas se conozcan y se reconcilien con sigo mismas? o por el contrario, ¿la dinámica al interior de esas congregaciones femeninas es ahondar en la alienación que nos tiene tan jodidas hace tiempo? … temo mucho, que la respuesta está más hacia el lado de la domesticación. Las denominadas “iglesias” necesitan feligreses temerosos de Dios, que aporten con su culpa, materializada en billetes y eso es lo que llaman ¿ estar al servicio de Dios?

En una iglesia generalmente se paga para recibir un placebo de palabras, te ponen en manos del «todopoderoso», te dicen cómo hablarle y el inconsciente colectivo hace el resto, sin articular milagros diferentes a la histeria colectiva y el arrepentimiento poco decisivo, se genera culpa. Sentirse pecador sin tener un plan definido y participativo para dejar de serlo solo te puede dejar algo claro … debo deprimirme y autoflagelarme para sanear mi corazón.

Pero ¿qué tal si ese «arrepentimiento» lo convertimos en acción y no en una justificación de nuestra humanidad agobiada, doliente y poco valiente?

El dinero mejor gastado de mi vida…

Innegablemente me encanta comprar y verme linda, pero, cuando hago un reecuento de los mejores gastos de mi vida, rememoro algunos regalos que le he hecho a Vulcano -porque hacer feliz a tu pareja es algo que llena el corazón-. A la larga termino por admitir que el más fructífero de  todos mis gastos historicos, el cual considero una real inversión fue: ¡Pagar consulta psicológica para encontrarme!

Aja, asi es, esta diosa no salió de la nada o que creian ¿que en serio la tenia clarisima desde el principio de los tiempos? Noooo, para nada, reconozco que fui a cuanta terapia sicológica: para dejar la adicción a mi anterior relación, para descubrir el fondo de mis asuntos, para coger berraquera,  para tomar cartas en el asunto de mi vida y dejar de estar esperando a que el “destino” o “Dios” lo hiciesen por mi.

Aquellos que afirman que los psicólogos son unos incompetentes y que ir a terapia es una pérdida de tiempo, no saben de qué están hablando o tienen un miedo terrible a confrontarse consigo mismos. A veces el exceso de convencimiento o erudición esconden las peores inseguridades.

Cuando acudes a un profesional, entendedor del funcionamiento del cerebro humano y las dinámicas de la sociedad, alli te dan medicina real.  Encontrarse con Dios no debe ser producto de una mente en mal estado, todo lo contrario, Dios debe ser la elaboración individual de una mente sana y un espíritu fortalecido desde la autoestima, el amor propio es lo que alimenta nuestra relación con Dios, esa relación única y particular que refleja lo que somos… tal como cuando vamos a comprar panties y los apropiamos como parte de nuestra intimidad. Por eso, pretender que todo un colectivo tenga una sola imagen de Dios que sea incuestionable, única y parametrizada es tan inconcebible como prestar indiscriminadamente nuestra ropa interior.

Igual sucede con el sexo, por eso es que es la expresión humana más sublime. Enfrentar la sexualidad es un ejercicio que requiere el más alto grado de amor propio, no estoy proponiendo una religión del sexo ni mucho menos, lo que sugiero es que dentro de nuestro esquema íntimo de valores le demos a la sexualidad el lugar que se merece, ¿quien dijo que nuestro ser espiritual reñía con nuestro ser sexual? la castidad y pureza son ideas creadas alienantes y castigadoras, en contra de nuestra propia humanidad.

Dios nos trajo aquí para experimentar, para vivir, para equivocarnos, no existen seres humanos más fríos que aquellos que no se han permitido equivocaciones en la vida, si somos seres que nos relacionamos desde la sexualidad no creo que el prohibir su ejercicio sea correcto, obvio todo con responsabilidad y respeto. 

¡Un beso en 2017!  Venus 

Este articulo fue previante publicado en la revista Arterotik 

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febrero 1st, 2017 by

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